LA QUE SEPAMOS TODOS (oda a nosotros mismos)

En mí opinión, el bailarín es una persona condenada a expresarse a través del cuerpo.

La atracción por el movimiento es tan intensa que necesita investigar; es así que descubre la relación entre el pensamiento y el movimiento. Advierte que para moverse cada vez con mayor precisión, la repetición del movimiento debe ir acompañada de una comprensión de todas las partes involucradas. Entiende que la piel, los músculos, los huesos, las articulaciones, los órganos internos, la fuerza, la respiración, son elementos con infinita información; en cada uno de ellos hay una lógica propia que necesita ser descifrada, comprendida y organizada para poder expresar algo en este idioma corporal. El bailarín ama jugar con el límite y procura ganarle, si lo encuentra conveniente.

Este complejo mundo de estudio físico y mental, se completa con un componente indispensable, sin el cual, ni el más erudito en el movimiento perfecto podría ser llamado bailarín: pasión.

El dominio de técnicas enriquece las posibilidades de lenguaje. Saber llegar a las formas es conveniente, pero solo sirve cuando hay una historia para contar. Esto es lo que da sentido a todo el hecho artístico que construye el bailarín.El trabajo solo cobra vida cuando el que baila lleva en su ser emociones de todos los colores para convidar: deseos de seducir, de amar; búsquedas internas; paz; incordias, confusiones y certezas. Los bailarines que yo admiro tienen miles de discursos que quieren expresar a partir del movimiento.






La última obra de danza que fui a ver (LA QUE SEPAMOS TODOS - ODA A NOSOTROS MISMOS- ver detalles al pie o en http://www.clarin.com/diario/2010/03/30/espectaculos/c-02169893.htm) recorre pasajes de la urbanidad contemporánea:

estaban aquellos que buscaban descubrir a un dios…malvado(?) al que le desconfiaban…y a pesar de ello no podían dejar de buscarlo. Desoían el temor intuitivo y la certeza de la neutralidad; caían irremediablemente a sus encantos. Se acercaron lentamente, sigilozo, protegiendose unos a otros, hasta que el zarpazo los dejó reducidos a lamentos…

Luego, reconocieron la farsa del dios villano, volvieron a ser los creadores de sus vidas y cerraron el telón del drama para recordar que todo es parte de un juego. Y se ríeron, y empezaron a jugar los roles...


Un sexópata engreído, se ahoga en sus hormonas y en los golpes despiadados de las mujeres a las que acosa. Liberación femenina?... Explosión vibracional. Energía por todo el escenario. Los diez artistas corren, giran, vuelan. Es el éxtasis natural, comprimido a diario hasta que escapa desaforado por todos lados como una un placer extendido a voluntad, para no acabar nunca si fuera posible. Pero no es posible… Quien más lo contiene, a pesar de su gloria interna, se ve forzado por el grupo a volver a ser normal… mas amoldado y pensante...

El cuadro campero, con la vaquerita sexy que el caballo…parece lastimar…pobrecita.. cuidado ahí por favor…


Ciegos, todos ciegos bailan igual, tocándose, siguiendo el flujo natural del ritmo y del contacto con los otros…

Vuelven a la ciudad. Hablan. Se ríen. Él sabe crear climas y mantener al público expectante para lo que sigue… que no es más que una carcajada de primaria... ABAJO LA SOLEMNIDAD!!! ARRIBA ESA CUMBIA, con pasito desde la azafata, por uno, por dos, por tres, por todos, en fila, en canon, en planos bajo, medio y alto, en diagonal. Libre. Todos somos libres…

hasta que a ellas les estallan las hormonas…quieren ser poseídas AHORA… pero ellos no quieren ahora… ellos disfrutan verlas así de entregadas… y las hacen explotar jugando a ser sexys… bailando con un desodorante (!!!!!!!!??????) Carcajadas desde las entrañas del público feliz y agradecido.